El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ejerce presión para que Haití acepte la decisión dominicana de establecer un Plan Nacional de Regularización de su inmigración extranjera, pero propone un arreglo que contemple amnistiar a los hijos de ilegales haitianos nacidos en el territorio nacional en los últimos 20 años.
Maduro ha planteado que la República Dominicana asuma el tema desde el punto de vista humano más que legal, y en atención a la apertura de Danilo Medina propone un gran acuerdo entre los presidentes de los dos países que comparten la isla caribeña, que sería suscrito en Caracas con él, Maduro, firmando como testigo.
En principio el presidente Michel Martelly ha aceptado la propuesta de arreglo, pero la contraparte dominicana se mantiene en consulta tratando de establecer si existe un resquicio legal que permita una especie de dispensa a los haitianos de la última generación nacidos en territorio dominicano estando sus progenitores en situación de ilegalidad.
El viernes se avanzó, sin embargo, los términos “del trato” entre los gobiernos haitiano y dominicano suscrito por el ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo y por el primer ministro haitiano Pierre- Richard Casimir “para priorizar el diálogo” antes de cualquier otra vía en procura de hallar una solución satisfactoria al conflicto.
Los puntos dos y tres de ese protocolo, firmado en Caracas la tarde del martes, son sintomáticos: “-Reafirmar su voluntad de avanzar en todas las medidas que sean necesarias para garantizar la seguridad jurídica, el pleno goce y respeto de los derechos de los descendientes de haitianos nacidos en la República Dominicana”; y “-Considerando que el gobierno dominicano hará pública en los próximos días una serie de decisiones al respecto, los dos gobiernos han acordado sostener un encuentro posterior para alcanzar acuerdos satisfactorios”-
¿Qué se acordó en Caracas?
Los delegados dominicanos defendieron con uñas y dientes la soberanía dominicana para tomar medi- das de la naturaleza que se contienen en la sentencia del Constitucional… Pero es evidente que estaban entre la espada y la pared. Con Maduro empujando la espada.
Los delegados dominicanos defendieron con uñas y dientes la soberanía dominicana para tomar medi- das de la naturaleza que se contienen en la sentencia del Constitucional… Pero es evidente que estaban entre la espada y la pared. Con Maduro empujando la espada.
La firma de ese protocolo comprometiendo al gobierno “a garantizar la seguridad jurídica y el pleno goce y respeto de los derechos de los descendientes de haitianos nacidos en la República Dominicana”, es un contrabando sibilino que se dejaron introducir en ese documento los delegados dominicanos.
Peor aún es aceptar esto: “Considerando que el gobierno dominicano hará públicas en los próximos días una serie de decisiones al respecto, los dos gobiernos han acordado sostener un encuentro posterior para alcanzar acuerdos satisfactorios”.
La reunión del viernes del Consejo Nacional de Migración fue convocada a propósito de la firma de ese protocolo de Caracas y de ese compromiso de hacer pública “una serie de decisiones” para asegurar “los derechos de los descendientes haitianos”.
Entre los “acuerdos satisfactorios” está la posibilidad de la legalización transitoria de los haitianos ilegales para que sus hijos reciban el privilegio de la nacionalidad dominicana, pero cualquier salida de esa naturaleza implicaría contravenir la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional del pasado 23 de septiembre.
Además, implicaría una “interpretación macarrónica” de la Constitución de 2010 y de la sentencia de la Corte Suprema de 2005 sobre la obtención de la nacionalidad dominicana por el derecho a suelo o ius solis. Y en instancia extrema exigiría una reforma constitucional.
Para la República Dominicana el caso es más complicado de lo que aparenta si se toma en cuenta el origen de las presiones a que están sometidas las autoridades por el carácter humano de la disposición, aunque afecte a una ínfima proporción de los haitianos residentes en este lado de la isla.
Maduro pidió suspensión
En atención a las gestiones del presidente Maduro fue que se suspendió la reunión que celebrarían el pasado martes en Trinidad & Tobago los países miembros del Caricom que tenían ya preparada un acta de moción de censura a la República Dominicana encorsetando al gobierno del presidente Medina para evitar aplicación de la sentencia del Tribunal Constitucional.
En atención a las gestiones del presidente Maduro fue que se suspendió la reunión que celebrarían el pasado martes en Trinidad & Tobago los países miembros del Caricom que tenían ya preparada un acta de moción de censura a la República Dominicana encorsetando al gobierno del presidente Medina para evitar aplicación de la sentencia del Tribunal Constitucional.
El presidente Maduro llamó por teléfono la noche del lunes tanto a Martelly como al presidente Medina.
Al primero le pidió la suspensión de la reunión del Caricom pautada para el día siguiente a fin de ganar tiempo para avanzar su gestión de mediación, lo que Haití aceptó. A Medina le solicitó que enviara de vuelta a Caracas a los miembros de la comisión de alto nivel que le había visitado la víspera.
La comisión dominicana, encabezada por el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, viajó a Caracas el martes por la mañana y regresó al final del día tras una reunión con Maduro y funcionarios del más alto nivel del gobierno haitiano que Danilo Medina, presidente de la República, encabeza la reunión del Consejo Nacional de Migración del pasado viernes.
previamente habían llegado a la capital venezolana, encabezada por el canciller Pierre-Richard Casimir.
Junto a Montalvo viajaron a Caracas el consultor jurídico del Poder Ejecutivo, César Pina Toribio; el ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul; el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario; el director de Migración, José Ricardo Taveras, y el secretario de Estado Miguel Mejía. La misma comisión ha estado en Washington y Nueva York.
La posición dominicana
La posición de los funcionarios dominicanos fue firme en las siguientes dos vertientes: -La sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional se aviene a los mandatos de la Constitución de la República sobre el derecho de la nacionalidad de los extranjeros residentes en el territorio nacional; y -Se trata de una decisión soberana por demás vinculante a los demás poderes públicos debido a lo cual su acatamiento es mandatorio en tanto ordena al Ejecutivo la instrumentación de un Plan Nacional de Regularización.
La posición de los funcionarios dominicanos fue firme en las siguientes dos vertientes: -La sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional se aviene a los mandatos de la Constitución de la República sobre el derecho de la nacionalidad de los extranjeros residentes en el territorio nacional; y -Se trata de una decisión soberana por demás vinculante a los demás poderes públicos debido a lo cual su acatamiento es mandatorio en tanto ordena al Ejecutivo la instrumentación de un Plan Nacional de Regularización.
Fue entonces cuando el presidente Maduro propuso la posibilidad de votar una ley de amnistía que favorezca a la última generación de hijos de haitianos ilegales nacidos en la República Dominicana o a todos los que se hallen en similar situación y tengan 20 años o menos de edad.
En su defecto, sugirió cualquier disposición transitoria para evitar que los hijos de haitianos indocumentados en la República Dominicana “caigan en situación de apatridia”.
El doctor Pina Toribio, abogado constitucionalista con muchos años en el servicio público y con más de cuatro décadas en el ejercicio profesional, fue enfático al señalar que una decisión administrativa que contravenga la Constitución dominicana es nula de pleno derecho y que cualquier salida al conflicto tiene que ser adoptada en el marco riguroso de la ley.
Los delegados haitianos, después de múltiples consultas, aceptaron la sugerencia del presidente Maduro como fórmula intermedia que pondría fin al conflicto. Los dominicanos, en cambio, pidieron tiempo para analizar el caso y discutir todas las alternativas en las máximas instancias del gobierno.
En esa circunstancia fue que el presidente Maduro propuso la firma del protocolo de intención y convocar otra reunión a principios de esta semana con la presencia de la coordinadora del Caricom y primera ministra de Trinidad & Tobago, Kamla Persad- Bissessar, así como con representantes de otros organismos internacionales y gobiernos amigos que propugnan por una salida amistosa.
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“HAY QUE VERLE LA CARA HUMANA”
Maduro estima pertinente que el gobierno del presidente Danilo Medina enfoque el conflicto desde el punto de vista humano más que legal.
“HAY QUE VERLE LA CARA HUMANA”
Maduro estima pertinente que el gobierno del presidente Danilo Medina enfoque el conflicto desde el punto de vista humano más que legal.
Se detiene en la situación de “decenas de miles de haitianos que se encuentran en un limbo jurídico” desde que aplica la sentencia del Tribunal Constitucional.
“Es, además, un tema político por cuanto entraña la relación de dos países vecinos que comparten una misma isla y que tienen vínculos históricos comunes…”.
Su preocupación se acrecienta cuando recuerda que ambos países son beneficiarios del Programa Petrocaribe que ideó y diseñó Hugo Chávez para aligerar un poco la carga de la factura petrolera “a algunos amigos” del Caribe que reciben un financiamiento blando y a largo plazo a partir de un diferencial en sus compras de petróleo.
Haití y algunos de sus socios del Caricom han pedido que Haití excluya a la República Dominicana de Petrocaribe.
Venezuela fue una de las primeras puertas tocadas por la diplomacia haitiana en esta campaña contra nuestro país que lleva ya casi dos meses.
Su argumento es que “cientos de miles de haitianos” quedarían desnacionalizados al entrar en vigor la sentencia del Tribunal Constitucional.
Las Naciones Unidas y la Unión Europea, sin embargo, han sido claras en su reconocimiento al carácter “puramente soberano” del Tribunal Constitucional dominicano y al respeto de la aplicación administrativa de parte del Poder Ejecutivo que encabeza el presidente Medina.